Muchas veces culpamos a las circunstancias o a las personas, pero nos enojamos porque está en nuestra naturaleza pecaminosa. 

“Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas”.

Gálatas 5:19-21

Nos enojamos por nuestra naturaleza pecaminosa, pues las circunstancias son el detonante que hace salir el enojo.  

Podemos ver a 2 personas ante la misma circunstancia; uno que reacciona con enojo y el otro que no.

¿Qué hace la diferencia?  

La Biblia nos habla bastante acerca de no enojarnos, Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia” dice Efesios 4:31. Esto está en modo imperativo, no es opcional, es una orden.

¿Cómo podemos abandonar el enojo? 

Siendo transformados por el Espíritu Santo, no por nuestras obras. Sólo así daremos el fruto del Espíritu.


Para aprender a dominar el enojo únete a los Grupos de Libertad. Visita www.gruposdelibertad.com y déjanos tus datos.