
En cada familia hemos experimentado el dolor y el sufrimiento, es parte de la vida. La pérdida de un ser amado, un negocio, asaltos, una relación sentimental que deja heridas muy grandes y que solo Dios con su poder y amor puede sanarnos. Jesús vino para llevar todos nuestros pecados y dolores, pues Él mismo sufrió y experimentó tormentos, dolores y desprecios, pero Dios lo capacitó, lo preparó de antemano para consolar y sanar a los que sufren y están necesitados del socorro de Dios.
El rechazo produce dolores profundos y esto puede llevar a una depresión, pero las buenas noticias son que cuando creemos en Jesús como nuestro Salvador personal, Él se encarga de hacernos nuevas personas con valores fuertes y nos da una identidad en Cristo. Jesús entiende y Él sabe lo que se siente, comprende su dolor y por eso está interesado en su vida.
Cuando hay sufrimiento no podemos detener las lágrimas, hogares que se deshacen, sueños no alcanzados, la aflicción toca muy fuerte por el dolor de ver a los nuestros en sufrimiento. Jesús lloró ante la tumba de su amigo Lázaro. Él conoce por lo que pasamos a diario, nos invita a que le llevemos las cargas y los dolores profundos, desea que nos acerquemos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más lo necesitamos.
En Getsemaní oró solo sin sus discípulos y en la cruz fue abandonado por Dios, su padre, a causa de nuestros pecados. Hay una esperanza grandiosa en la muerte y resurrección, ha prometido no dejarnos solos nunca, ni abandonados, nos dice les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo, ahora está sentado a la diestra de Dios como Rey y Señor para interceder por nosotros, somos privilegiados de tenerle.
Si está pasando por momentos difíciles recuerde Jesús llevó y pagó el precio por nuestra salvación y por nuestros dolores y enfermedades, aceptemos su consuelo, su ayuda y testifiquemos que solo Él puede cambiar nuestra manera de conducirnos y hacernos nuevas personas con un destino eterno, si aquí disfrutamos de sus lindas bendiciones y promesas, preparémonos y estemos listos para su segunda venida, todo lo hizo por amor.