En estos tiempos es necesario que reflexionemos en el poder de la Palabra de Dios. Cuando Jesús estuvo en el desierto fue tentado por el enemigo, pero Jesús lo reprendió usando la Palabra con autoridad. También a Josué, a quién Dios le da la tarea de dirigir el pueblo de Israel y conquistar la tierra de Canaán, Dios le promete que estará con él todos los días de su vida, pero Dios le dice a Josué: tienes que ser fuerte y valiente, solo te pido que tengas valor y firmeza para obedecer; sólo así tendrás éxito donde quiera que vayas.

Vemos que Josué debía ser fuerte, lleno del poder que Dios le da y tener convicción de fe, no ser de doble ánimo. El compromiso que Dios le pide a Josué es: recita siempre el libro de la ley, medita en él de día y de noche, cumple con cuidado lo que en él está escrito. En la Palabra de Dios están todas sus promesas, allí encontramos la gran historia del evangelio que restaura, provee, evangeliza y nos enseña a amar.

¡Qué tal si le damos importancia a la lectura de la Biblia en familia en estos tiempos tan difíciles y llenarnos de fe, esperanza y confianza! La Palabra de Dios debe estar presente en nuestros corazones.

Tómese el tiempo para que en familia aprendan un versículo cada semana y usted verá que crecerán y serán edificados en la roca que es Cristo. Que nuestra mente y corazón se llenen de la Palabra de vida que da aliento a nuestro ser. La Palabra de Dios es agua que nos limpia, es tan dulce como la miel, es como fuego, martillo y espada que nos confronta y nos transforma, es como semilla que da fruto cuando entra en el corazón, es como un espejo que nos hace ver lo necesitados que somos de Dios, es como pan que alimenta nuestro espíritu y nuestra alma y es lámpara que nos ilumina y nos guía.

Ahora, con la ayuda de Dios, lea su Biblia y que el Espíritu Santo le inunde de su dulce presencia y enseñanza y que Dios nos ayude a cumplir sus mandamientos y que los obedezcamos para ser personas llenas de poder leyendo, memorizando, practicando y recitando su Palabra y alcanzar el éxito en todas las áreas de nuestra vida y familia, alcanzando con su amor a los necesitados por medio de su Santa Palabra.