
Iniciamos un nuevo año y la Palabra de Dios está llena de promesas que nos dicen: No temas, porque yo te he redimido; te he llamado por tu nombre, tú eres mío. Porque a mis ojos fuiste de gran estima. Ahora lo que tenemos que hacer es retomar sus promesas, creer y aplicarlas en nuestra vida, oír y hacer, poner en práctica. David afirma “pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad de Señor.”
Él estuvo a punto de desmayar, de flaquear, pero sabía y confiaba que el Señor lo sostenía con su mano poderosa. A Josué el Señor le ordenó “se fuerte y valiente” y le da la promesa de alcanzar la tierra, pero le pide valor y firmeza para obedecer sus preceptos, recitar y meditar en la Palabra de día y de noche y cumplir lo que está escrito: “entonces: prosperarás y tendrás éxito.” La obediencia trae bendición, salud y compañerismo; al ser llenos de su conocimiento comenzamos a experimentar su guía, su presencia y entonces hay dirección hacia el camino correcto.
El Señor es el que nos da fortaleza para comenzar de nuevo a vivir una vida plena en Él, seguir fieles en sus caminos, buscando su rostro siempre, porque cuando estamos afligidos y desesperados oramos fervientemente pidiendo a Dios su ayuda y socorro y Él que es fiel nos da la solución. Reconozcamos que nuestra dependencia viene de Dios. Comencemos entonces a dar pasos de fe, seguros que estamos parados en la roca que es Cristo y encomendemos al Señor nuestro camino, confiemos y esperemos en Él.
Es decir, nuestra vida diaria, la familia, el trabajo, la salud y los hijos debemos depositarlos en las manos del Señor y Él hará. La fortaleza vendrá de su mano, pues le pertenecemos completamente y nuestro corazón estará lleno de agradecimiento porque no estamos solos. Dios nos da de su fortaleza para que podamos manejar y vencer las pruebas. Lo importante de esta vida en Cristo es que tenemos a quien acudir y apoyarnos. Entonces es hora de tomar fortaleza y ánimo, sepamos esperar confiadamente. Pido a Dios para que este año sea de éxito y de mayores bendiciones en su vida y familia.
Comience con propósitos definidos el día de hoy, y recuerde que usted todo lo puede en Cristo que es su fortaleza.