
Hace varios años escuché esta frase en uno de los servicios que se realizaban en el colegio donde estudié mi secundaria «Debes aprender a vivir con el resultado de tus decisiones». En ese momento no comprendí exactamente lo que significaba, pero me dejó inquieto y pensando sobre las decisiones que había tomado recientemente.
Conforme vamos creciendo, la experiencia de la vida nos ayuda a aprender y entender muchas cosas, pero no sé si te has preguntado alguna vez «¿Por qué no me dijeron esto antes?» O «¿Por qué no me di cuenta antes de lo que podía pasar?»
Esto nos sucede porque quizás nuestros padres o los adultos que nos formaron a lo largo de nuestra vida, nunca nos confrontaron para hacernos pensar y recapacitar en lo que el futuro nos depararía a raíz de las decisiones que estábamos tomando en ese momento.
Todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene consecuencias en nuestra vida, no solo en el presente, sino que también en nuestro futuro. Esto es algo que probablemente nadie nos enseñó, pero es algo que indudablemente debemos enseñarles a las nuevas generaciones, para así ayudarles a entender la importancia de cada una de las decisiones que se toman.
Quizás pienses «Ah bueno, pero eso sería mi responsabilidad si yo fuera papá o mamá, pero yo soy soltero, eso no me afecta ahora». Pues déjame decirte que sí te afecta ahora, aún si todavía no eres padre de familia. Aun cuando en nuestro contexto y en nuestra formación de vida no tuvimos la oportunidad de aprender sobre las consecuencias de nuestras decisiones, es importante que tomemos tiempo para ayudar a los más jóvenes a comprender lo importante que son esas decisiones tomadas hoy, porque todo lo que uno siembra lo va a cosechar, tarde o temprano.
Si tomamos tiempo hoy para enseñarle a otros y para recordarnos a nosotros mismos que el resultado de nuestras decisiones nos perseguirá todos los días de nuestra vida, podremos ver, en un futuro no muy lejano, que todos empezaremos a tomar mejores decisiones de vida. Porque estoy seguro de que nadie quiere cosechar en el futuro desobediencia por haber tomado la decisión hoy de ser desobediente, nadie quiere cosechar rechazo por haber tomado la decisión hoy de rechazar a otros, nadie quiere cosechar odio por decidir odiar a todos ahora. Estoy seguro de que todos queremos cosechar cosas buenas que nos ayuden a crecer y que nos permitan alcanzar los sueños de nuestro corazón.
Un padre le dijo a su hijo una vez «Un día, vas a tener que tomar una decisión. Tienes que decidir el tipo de persona que quieres llegar a ser. Quien quiera que sea esta persona, bueno o malo, va a cambiar el mundo.» Seamos intencionales en nuestra toma de decisiones. Sí, debemos aprender a vivir con el resultado de nuestras decisiones, pero esto no quiere decir que nos conformemos a solo pagar las consecuencias de decisiones que nos puedan dañar; es un estímulo para que vivamos intencionalmente, tomando decisiones que nos ayuden a seguir adelante y a poder ser de bendición para otros.
Vivamos una vida que honre a Dios y bendiga a todos los que nos rodean. “No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos, tendremos una buena cosecha en el momento apropiado” Gálatas 6:9 PDT