Ahora que se celebra el día del padre es necesario hacer reflexión sobre tan importante tema.

El padre como progenitor continúa muy relevante.

Todos tenemos padres biológicos aun cuando no los hayamos conocido personalmente.

Desde la creación de Adán hasta el día de hoy existe una sola manera de hacer que la raza humana no desaparezca.

Génesis 1:27-28 dice: Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo».

Y Génesis 2:20-25 dice: Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre. Entonces Dios el SEÑOR hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras este dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida. De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el SEÑOR hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: «Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada». Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza.

Fue El Creador de los cielos y la tierra el mismo que formó a la familia como institución básica de la sociedad. Dios creó al matrimonio con un hombre y una mujer. Aunque manipulemos la apariencia de cualquiera de los dos al morir y ser sometidos a un análisis científico el resultado biológico siempre demostrará que eran hombre o mujer.

El padre como proveedor continúa haciéndolo con gran esfuerzo

Génesis 3:17-19 dice: Al hombre le dijo: «Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida. La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás».

Desde su creación el hombre ha tenido que trabajar, aunque antes de su desobediencia no tenía que hacer gran esfuerzo porque en el jardín del Edén todo era ideal, sin plagas ni contaminaciones. El medio ambiente era perfecto.

  • La etapa de la infancia pasa rápido.
  • La etapa de la juventud también.
  • La etapa de la vida adulta termina hasta que volvemos al polvo después de morir.

Nos toca proveer para nuestros hijos, luego para nuestros padres, por ello esa función de proveedores puede durar prácticamente toda la vida.

1 Timoteo 5:3-4 dice: Reconoce debidamente a las viudas que de veras están desamparadas. 4 Pero, si una viuda tiene hijos o nietos, que estos aprendan primero a cumplir sus obligaciones con su propia familia y correspondan así a sus padres y abuelos, porque eso agrada a Dios.

Hoy en día trabajar para proveer a su familia demanda mayor educación, mejor preparación académica y sobre todo mejor formación moral, ética y espiritual. Aquí es donde resalta la existencia y labor educativa integral del Liceo Cristiano Fráter porque se apoya al padre de familia en su buen propósito de educar y formar con principios y valores a sus hijos.

1 Timoteo 5:8 también dice: El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.

El padre como sacerdote del hogar es necesario

Entre más pequeño es el hijo más depende de sus padres. Al nacer se hace indispensable el cuidado permanente de ambos padres para lograr la supervivencia del bebé. Ningún recién nacido es auto suficiente y sin esa protección paternal moriría irremediablemente.

Al ir creciendo los cuidados se hacen más importantes porque tenemos que protegerlos y prepararlos para convivir en una sociedad corrompida y llena de humanos gobernados por el pecado que hacen presa de nuestros hijos para usarlos en sus fines perversos.

En el siglo veintiuno han empeorado muchas cosas, la tendencia es que nuestros niños y jóvenes cedan ante ideologías destructoras de la moral y los principios bíblicos que son indispensables para vivir en paz con Dios y con salud física y mental.

Esto nos obliga a ser sacerdotes en nuestra casa:

  • a interceder con oraciones por ellos ante Dios,
  • a dar buen ejemplo de fe y vida cristianas ante ellos,
  • a no dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre y
  • a instruirlos en la Palabra de Dios.

Hebreos 10:24-25 nos dice: Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

Y Proverbios 22:6 dice: Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.

También Deuteronomio 6:1-12 dice: »Estos son los mandamientos, preceptos y normas que el SEÑOR tu Dios mandó que yo te enseñara, 2 para que los pongas en práctica en la tierra de la que vas a tomar posesión, para que durante toda tu vida tú y tus hijos y tus nietos honren al SEÑOR tu Dios cumpliendo todos los preceptos y mandamientos que te doy, y para que disfrutes de larga vida. 3 Escucha, Israel, y esfuérzate en obedecer. Así te irá bien y serás un pueblo muy numeroso en la tierra donde abundan la leche y la miel, tal como te lo prometió el SEÑOR, el Dios de tus antepasados. 4 »Escucha, Israel: El SEÑOR nuestro Dios es el único SEÑOR. 5 Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; 9 escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades. 10 »El SEÑOR tu Dios te hará entrar en la tierra que les juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Es una tierra con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, 11 con casas llenas de toda clase de bienes que tú no acumulaste, con cisternas que no cavaste, y con viñas y olivares que no plantaste. Cuando comas de ellas y te sacies, 12 cuídate de no olvidarte del SEÑOR, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud.

El padre sigue siendo digno de ser honrado

Deuteronomio 5:16 nos dice: »Honra a tu padre y a tu madre, como el SEÑOR tu Dios te lo ha ordenado, para que disfrutes de una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios.

La Biblia no condiciona la honra de un padre. Tenemos que honrarlos sin objeciones ni excepciones.