En el Salmo 103 el rey David nos inspira a que le demos importancia a la acción de gracias, y notamos que él mismo se anima a dar gracias por las bendiciones recibidas y se recuerda a sí mismo todos los beneficios recibidos de parte de Dios. ¿Por qué deberíamos dar gracias nosotras? por todas las cosas esenciales de la vida.

1 Timoteo 6:8 dice: Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. Dios siempre ha prometido que no nos dejará y no nos desamparará y nos hace saber que valemos mucho delante de sus ojos. Debemos estar contentas con lo que tenemos hoy. Demos gracias por todo en la vida. Pablo nos anima a hacerlo, en 1 Tesalonicenses 5:18 dice: den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. Y esto es a pesar de cualquier circunstancia adversa que usted esté pasando; debe de recordar ser agradecida.

Romanos 8:28 dice: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Nuestro Dios tiene el mundo en sus manos. Aprendamos a no quejarnos y dar gracias. Seamos agradecidas porque Él tiene muchas promesas grandes que nos ayudan cuando vienen las tormentas de la vida, y porque Él tiene el futuro en sus manos y confiamos en que no nos abandonará.

Las dificultades siempre tienen propósito, nos enseñan a confiar pacientemente en el Señor, cada problema nos ayuda a crecer y a depender con fe en su Palabra. Al hacer un recuento de nuestra vida vemos cómo Dios nos corona de favores y misericordias. Demos gracias por la vida eterna y la salvación tan grande que nos ha concedido, por ese amor que demostró al morir en la cruz y sufrir por nuestro pecado tenemos seguridad y esperanza de la vida eterna. Si aquí disfrutamos de cosas hermosas en Cristo, ¿se puede imaginar lo bello y hermoso que será estar en su divina presencia adorándole de día y de noche?

Seamos agradecidas porque es por su gracia y amor que somos lo que somos. Un corazón agradecido hace la gran diferencia. Diga con todo su corazón: ¡Dios, gracias por todo!