
En 1980 la playa de Cedeño en Honduras tenía una industria hotelera y de turismo que iba en aumento. Pero ya no, ahora luce desolado, vacío y sin vida. Los últimos 20 años, Cedeño ha perdido más de 1 kilómetro cuadrado de calles, avenidas y todo en medio de ello, todo yace bajo las olas del Océano Pacífico. Ahora las calles y playas están desoladas.

Hay otro mar que poco a poco inunda y ahoga, es el mar de la soledad. Donde hubo amigos, familia y compañía, en la era dorada de la vida…¿qué queda ahora?
Si el fundamento de la construcción de nuestras relaciones fue débil, ahora solo quedan los recuerdos y las ruinas. Sin embargo, hay esperanza, la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes, sino de las relaciones que construye.
Propóngase construir relaciones duraderas que resistan los embates del tiempo y las dificultades. Pero el mejor fundamento es Jesucristo, la piedra angular de todos. Si está en Cristo, sus relaciones serán duraderas.