
Una empresa estadounidense de renombre internacional que figuraba entre las diez primeras empresas de mayor éxito en el mundo, calificación dada por las prestigiadas revistas Fortune y Forbes, llegó al punto de quiebra y dio paso a uno de los casos más sonados en el mundo. Parte del problema fue el incumplimiento de sus deberes para con el fisco y otros elementos que incidieron para producir la bancarrota de una empresa multimillonaria tan grande. Igualmente los pequeños negocios, si no cumplen con las leyes de su país, corren el mismo riesgo. Esto sucede porque no se aplican los principios bíblicos correctos para la administración de los negocios. Si no controlamos bien el tema impositivo y el tema administrativo nos podemos venir en picada empresarial y comercial y aún en lo personal. Cada persona tiene su compromiso con Dios, dar sus diezmos y ofrendas. Y con el estado donde vive, los impuestos. No tiene otra opción.
Así que no ponga su fe en la empresa en la que trabaja, siempre ponga su fe en el Dios que le dio el trabajo en ese lugar. Dios es eterno y siempre le va a proveer para todas sus necesidades. Y si usted cumple con sus responsabilidades ciudadanas en el reino de Dios y en el país donde está, el Señor lo bendecirá.
Quizá a usted le ha tocado la triste experiencia de trabajar para una empresa, una organización o una persona que, al llegar el día de pago, no le entrega su salario. Es incómodo sufrir el retraso de la cancelación del salario. Este incumplimiento a un principio bíblico y legal provoca en el empleado una serie de problemas.
Toda empresa tiene el compromiso, si tiene empleados, de pagarles su salario a tiempo. Y cuando hablamos de empresa, tendemos a imaginamos al patrón que tiene una maquiladora con diez mil empleados, al estado que tiene un presupuesto enorme con miles de maestros o miles de soldados, o miles de burócratas. Pero usted, en su propia casa, también tiene la responsabilidad de pagar a tiempo a sus empleados. Si contrata a un jardinero para que le arregle el jardín, le corte la grama, le cuide las flores, y han acordado cuánto va a ganar él en el día, al final usted tiene la responsabilidad de pagarle lo convenido. La persona encargada de los oficios domésticos también es digna de su salario. Su compromiso fue hacerlo en una fecha determinada y tiene que atenderlo a tiempo y prevenirlo en su presupuesto. Asimismo, no debe pagarle menos que el salario mínimo fijado en la ley laboral, además de las vacaciones, el aguinaldo y otros bonos establecidos por las leyes laborales. Si no ha pagado, ya entró en corrupción. Debe atender todos los compromisos, inclusive la indemnización económica si la persona renuncia o usted la despide.
No robe ni engañe al comprador.
Este es otro elemento más para prosperar bíblicamente hablando. Debemos ser honestos en todos nuestros asuntos personales. Si usted es una persona que comercia, que produce, que trabaja en la industria, que vende y compra, por favor, no robe y no engañe al comprador.
Sí queremos prosperar seamos cumplidos en nuestros asuntos, demos al Señor lo que le corresponde, paguemos los impuestos que tenemos que pagar, paguemos a tiempo a nuestros empleados y no paguemos sobornos.
Honremos a Dios con nuestras finanzas, eso demuestra que confiamos en el Señor y no el dinero.