
En la serie «El verdadero valor» hemos aprendido sobre El verdadero valor del dinero y El verdadero valor del contentamiento. Cuando entendemos que el dinero no vale lo que nosotros creemos nos permite practicar el contentamiento. Cuando estamos agradecidos y contentos con lo que tenemos podemos practicar la buena administración financiera.
Dios es el dueño de todo, y nosotros somos administradores de los recursos que él nos dio.
Dios es el creador de los cielos y de la tierra. El es el dueño de todo. Y nosotros como hijos de Dios nos convertimos en administradores de lo que él nos dio.
Salmo 24:1 “Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan;”
¿Cómo estamos cuidando los recursos económicos que Dios nos dio? Aprendamos estas buenas prácticas de administración financiera que valen mucho.
1.
Gastar menos de lo que ganamos vale mucho
Practicar este principio nos ahorrará muchos dolores de cabeza. Ser un buen administrador de los recursos es saber que tenemos limitaciones para gastar.
- Saber diferenciar entre necesidades y lujos vale mucho
- Hacer un presupuesto vale mucho
- No aparentar lo que no somos vale mucho
2.
No meternos a compromisos más allá de nuestra capacidad, vale mucho.
Proverbios 22:7 “Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores.”
3.
Ahorrar vale mucho
Proverbios 13:11 “El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.”
4.
Dar a Dios vale mucho
Proverbios 3:9 “Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. 10 Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.”
Para entregar tus diezmos y ofrendas visita www.fraterdonaciones.org
5.
Ser responsables en nuestro trabajo vale mucho
Proverbios 14:23 «Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza.”
6.
Confiar en Dios vale mucho
Salmo 62:7 “Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios!”
Dios es el dueño de todo, nosotros solamente somos sus administradores, por lo que debemos de gastar menos de lo que ganamos, no meternos en compromisos más allá de nuestra capacidad, ahorrar, dar a Dios, ser responsables con nuestro trabajo y confiar en Dios.
Mira la prédica con Jorge Erdmenger: