
¿Recuerda alguna ocasión en la que se ha equivocado y fue juzgado? ¿Cómo le hizo sentir eso? Notar los errores de otros y hablar de ellos puede ser muy sencillo, pero ¡cuántas veces nosotros nos hemos equivocado!
Como cristianos no debemos de juzgar y condenar a otros, debemos de perdonar y ver nuestras debilidades antes de ver las de otros.
Lo que hagamos se nos hará
Uno de los principios que se tienen en la palabra es que lo que hagamos se nos hará. Tenemos una instrucción clara por medio de estos imperativos con un participio negativo y esto es para cada creyente y seguidor de Jesús, no debemos de juzgar ni condenar, para no ser juzgados ni condenados.
Lucas 6:37a No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará.
Esto ciertamente prohíbe juzgar y condenar de manera injusta, que a menudo es lo que se hace, podemos examinarnos con la intención de edificarnos y no para criticar o condenar a otros.
Gálatas 6:1-2 Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
La manera en la que nosotros juzgamos a otros es la manera que seremos juzgados, si juzgamos de manera injusta, ese tipo de juicio y condenación recibiremos.
Perdonar para ser perdonados
Lo opuesto a juzgar y condenar sin misericordia es perdonar, esto es una expresión de muestra de amor hacia los demás.
Lucas 6:37b Perdonen, y se les perdonará.
Así como juzgamos y condenamos se nos va a juzgar y condenar de la misma manera, al perdonar seremos perdonados, esto es una expresión absoluta, no hay restricciones que suavicen la forma de perdonar ni calificaciones al momento de hacerlo, no dice, perdonen al menos que… o, perdonen si el otro hace tal cosa…, para recibir perdón el requisito es ese, perdonar.
Dar generosamente para recibir generosamente.
Además de no juzgar injustamente y no condenar, de perdonar a otros como se nos perdonó a nosotros, se agrega dar a otros generosamente.
Lucas 6:38 Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
¿Cómo está nuestro ojo?
Ver el error de otros puede ser sencillo, todos hemos fallado en ver la astilla en el ojo del otro sin ver antes la viga propia, y aún más cuando deseamos corregir la vida del otro cuando no hemos corregido la nuestra.
Lucas 6 41-43 ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no le das importancia a la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando tú mismo no te das cuenta de la viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
Podemos y debemos restaurar al que ha fallado, pero esto con una actitud correcta, no creyendo que somos superiores, debemos restaurarle y enseñarle en amor, mientras nosotros mismos somos conscientes de nuestras fallas.
Un mensaje para todos.
El creyente no debe hacer crítica condenatoria, ni juzgar rudamente, aparentando justicia propia, sin misericordia, sin amor, al contrario, debe ser compasivo, justo, perdonador, esto en abundancia, porque él también necesita eso mismo en abundancia, debe quitar la viga de su ojo para tomar el camino correcto y ayudar a otros a que también lo encuentren, debe autoevaluarse constantemente y acudir al Padre para que le perdone.
Gálatas 6:7-10 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
El que aún no se ha decidido para seguir a Cristo, Dios es compasivo con él y sin importar la astilla o la viga que tenga en su ojo o el pecado que tenga Dios le perdona por medio de Cristo, Dios es justo, perdonador, generoso, hoy puede arrepentirse.
Emitir un juicio condenatorio no es el trabajo de ningún creyente, en la medida que lo haga le será devuelto, debe quitar la viga de su ojo y ser guía de otros que también ayuda para restaurarles en amor, debe reconocer que él mismo tiene fallas que Dios mismo perdona y le restaura, reconocer su necesidad y dependencia de Dios le permite vivir en humildad e imitar la vida de Cristo.
P.D.
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