La Gran Comisión implica obediencia, discipulado, bautismo, enseñar a obedecer lo que Jesús enseñó y la certeza que Jesús estará con nosotros siempre, hasta el fin del mundo.
Evitemos toda conversación obscena y comprometámonos a tener conversaciones que edifiquen y bendigan a otros ya que todos tendremos que dar cuenta de toda palabra ociosa que salga de nuestra boca y cada vez que pecamos con la boca, agraviamos al Espíritu Santo.
Las células proveen un evangelismo amistoso, una comunión extra iglesia, un discipulado efectivo, una capacitación bíblica permanente y un pastoreo personalizado.